La literatura nazi en América, de Roberto Bolaños.

    Una novela soberbia y dentro de lo mejor de su autor. Bolaño cuenta pequeñas reseñas biográficas de varios escritores filonazis americanos (casi todos ellos de hecho, sudamericanos) y con una escritura falsamente seria, muestra su patetismo o su monstruosidad.

    El genio de la novela es saber explotar la fascinación intelectual que ejerce lo incomprensible del fascismo, y advertir sobre su horror o patetismo de forma casi inadvertida.

    Lo dicho, un librazo.

Mi nombre es legión, de Roger Zelazny.

    Tres relatos de ciencia ficción con un personaje común del cual conocemos tan poco al terminar la novela como al inicio. Los relatos oscilan entre la ciencia ficción y el relato policiaco. No son malos. Una vez más, sirven para echar un rato un domingo por la tarde, o para leer algo ligero antes de irse a dormir.

Elogio de la pereza, de Paul Lafargue

    Se me han olvidado un poco los detalles de este ensayo, salvo que es un alegato contra la explotación de las masas a través del trabajo; no es  lógico que cada vez haya que trabajar más para meramente subsistir, si en el pasado con menos se llegaba a más. El trabajo es, por tanto, un instrumento de dominación de las clases dominantes.

    No está mal. aunque a veces cae un poco en la boutade. Pero la tesis principal del libro me parece lógica y contundente.

World War Z: An Oral History of the Zombie War, de Max Brooks

    El primer libro que leí en la tableta. Me llegó la referencia a través de Fernando, que me confesó que había estado alguna noche hasta las tantas leyéndolo.

    La línea argumental es la aparición de una invasión zombie y la lucha posterior contra ella, pero en realidad la novela es una colección de cuentos de terror, alguno de ellos bastante buenos; por ejemplo, el de la aviadora que cae en una zona de pantanos y debe volver a casa evitando a los monstruos, o el de los refugiados cerca del círculo polar ártico y que deben sobrevivir cómo pueden.

    Es una buena lectura de verano, o de una de esas noches tontas en que no apetece leer nada sesudo. Estas novelas también tiene su función. No todo va a ser Schopenhauer, leñe.

Relativity - a very short introduction, de Russell Stannard

    Una de las introducciones más rápidas y completas a la relatividad especial y general. Bastante discursiva, sin abusar de las matemáticas, y con una buena capacidad de síntesis. A mí gusto, una introducción modelo, a la altura del libro dedicado a la cosmología en la misma colección.

Tonoharu, de Lars Martinson

    Un estudiante americano llega a Japón como profesor de inglés en un instituto. Se enamora de una americana en su misma situación, pero ésta no le corresponde. En el camino se encuentra con otros expatriados, cada uno de los cuales intenta manejar lo mejor posible el vivir en un sitio tan marciano como Japón.

    Me gustó mucho la sensación de extrañeza o de aceptación resignada del protagonista. Creo que Martinson está preparando el segundo volumen, aunque le está tomando su tiempo. Habrá que esperar a ver cómo se desarrolla todo (aunque ya sepamos cómo termina desde la primera hoja).