Cosas varias que encuentro por ahí...

martes, 15 de marzo de 2011

Watchmen

Imprescindible. Esta vez la leí con mucha más atención y es asombrosa la cantidad de autoreferencias que hace. Por ejemplo, el nombre de la compañía de taxis aparece en casi todos los episodios.

jueves, 27 de enero de 2011

Yesterday and Long Ago, V. I. Arnold

    En 1999, Arnold sufre un accidente de bicicleta en el que se abre el cráneo. Aunque la prognosis es mala y pierde buena parte de sus funciones cerebrales, se recupera casi por completo. Como parte del proceso de recuperación de la memoria, escribe a amigos pequeños trozos de su vida y de cualquier otra cosa. Este libro es una buena parte d estos escritos.

    No me gustó; la mayor parte de las historias son pequeños apuntes históricos contados de forma desordenada donde a menudo intenta demostrar puntos débiles del carácter francés, ruso o del que se le antoje. Lo hace sin gracia, sin interés, y me encontré leyendo la mayor parte ellos en diagonal. A veces me preguntaba si el autor se había recuperado realmente de su caída. Y no entiendo cómo Springer acepta publicar este libro; su sed de dinero no tiene límites... Menos mal que lo saqué de la biblioteca...

Doña Flor y sus dos maridos, Jorge Amado.

Me gustó bastante esta novela de Jorge Amado, pero me gustó más el ambiente de Bahia, que debía ser un sueño de sitio para vivir en la segunda mitad del siglo XX. Doña Flor se casa con Vadinho, un golfo de Bahia que le roba lo poco que gana, engaña con todo bicho viviente, la abandona  durante semanas, y en general lleva una vida de perdido con la que sin embargo se conforma doña Flor, dado que Vadinho coge tan bonito. Cuando enviuda, doña Flor tendrá que sortear todo tipo de peligros (otros golfos, su madre, la pena) para poder salir adelante, hasta que encuentra un segundo marido en un boticario educado, atento, ordenado, serio, pero que ay, ya no coge igual que el otro. 

Lo mejor del libro son las descripciones y aventuras de todos los tipos de Bahia, con sus Orishas, su comida, sus farras...

lunes, 13 de diciembre de 2010

Wilson, de Daniel Clowes

  Es una novela gráfica casi dolorosa. Vemos la vida de Wilson y le vemos sufrir por la gente y mascotas que se van. Tiene un cierto humor, pero no te deja el cuerpo nada bien. En cualquier caso, tiene páginas memorables, como por ejemplo la última. Me parece imprescindible, pero porque es un poco como la vida, y la vida de Clowes es agridulce.

El palacio de los sueños, de Ismael Kadare.



Mi tío me dejó esta novela de Kadare, de quien no había leído nunca nada. Trata de un joven miembro de una familia importante que empieza a trabajar en el palacio de los sueños, una institución que se dedica a recopilar todos los sueños importantes del imperio (otomano) con la esperanza de descifrar en ellos todo aquello que pueda poner en peligro el país. La atmósfera es un poco kafkiana, aunque sólo un poco. Tiene pasajes realmente maravillosos, como aquel en el que el personaje debe quedarse hasta tarde interpretando sueños y al intentar salir del palacio, debe hacerlo por un patio adonde llegan de madrugada todos los mensajeros que traen los sueños de lejanas tierras. Una forma hermosísima de dar a entender la inmensidad y belleza del imperio.

Me disgustó un poco el tono nacionalista albanés del último tercio de la novela, pero supongo que es inevitable viniendo de dónde viene y de cuándo fue escrito.

Historias Fantásticas, Adolfo Bioy Casares

    Había leído las historias de este libro hace muchos años, y honestamente, no las recordaba en casi nada. Me gustaron menos que entonces, aunque las que me gustaron, me gustaron más. Me pareció soberbia la historia "La Trama Celeste", con un mundo donde triunfaron los cartagineses y no existen los celtas. Un detalle menor que me gustó mucho fue el detalle del camafeo con la diosa de cabeza de caballo. Hermosísimo. También me gustó la primera historia, "En memoria de Paulina", con un fantasma creado por los celos de un personaje que visita finalmente al otro. Y "El perjurio de la nieve". Batsante bueno. El resto me supieron a poco, casi afectados, o a veces directamente fallidos, como el del hombrecillo reducido por en Africa Central al tamaños de un ratón. Bastante malo, la verdad.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Los relámpagos de Agosto, de Jorge Ibargüengoitia.

    Tras la revolución mexicana, un grupo de generales conspira para hacerse con el poder, hasta que de puro inútiles consiguen terminar destruyéndose a sí mismos. Todo ello escrito con el tono humorístico de Ibargüengoitia, que se dedica a lo que hace mejor: dar la voz a los personajes para que se puedan defender, mientras sus actos los van revelando como unos pobres tipos que hacen todo lo contrario de lo que pretenden hacernos creer. Un buen libro.