Ma-ra-vi-llo-so. No sólo por la historia, sino por los personajes que van apareciendo y que exponen su versión de la vida en Sicilia y de ser siciliano; de la posibilidad de la justicia, y de cómo hay que vivir cuando ésta no es posible.
Un farmacéutico recibe un anónimo que decide ignorar. Cuando sale de caza poco después acompañado de un doctor amigo suyo, son asesinados los dos. Un amigo común, profesor de instituto encuentra cosas que no cuadran, y empieza a visitar a diferentes personas para ir tirando del hilo que le permita aclarar (para sí mismo) qué ha ocurrido.
Sciascia escribe de forma breve, pero elegante. Es de lo mejor que he leído este año.
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