Muchos de los discursos son un tostón, pero sí es cierto que cuarenta años depués siguen planteando las mismas cuestiones que tenemos ahora.
Se lee con una sensación de tristeza al ver lo que venía. Debía saber lo que iba a ocurrir, porque si no es difícil improvisar un último discurso tan bello.
Cosas varias que encuentro por ahí...
domingo, 6 de noviembre de 2016
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