Cosas varias que encuentro por ahí...

lunes, 9 de febrero de 2015

Tal-Botvinnik 1960, de Mikhail Tal.

    Excelente libro. Tal escribe de forma amena y divertida, con abundancia de variantes de gran contenido táctico, y situando siempre al lector en el momento del match al que corresponde cada partida.

    Una delicia de leer, a pesar de que realmente Tal era un gran lancero y Botvinnik siempre es más pedagógico.

Muerte de una heroína roja, de Qiu Xiaolong.

    China al comienzo del gobierno de Deng Xiao Ping; una mujer aparece asesinada en un lago. El caso recae en el inspector Chen, que está intentando hacerse camino dentro de la policia de Shanghai. Chen es un amante de la buena mesa, de la poesía clásica china, y adopta una ética confuciana con respecto a todo lo que le rodea: desde su relación con sus superiores a su relación con las mujeres.

    Es una buena novela negra, con una descripción interesante de bastantes estratos de la sociedad china en un momento delicado de su historia.

martes, 3 de febrero de 2015

Dormir al sol, de Bioy Casares.

    Un hombre no puede aguantar más el mal genio de su esposa (de la que está muy enamorado) y, aconsejado por un amigo, la lleva a una clínica psiquiátrica de apariencia extraña. Tras un cierto tiempo la esposa vuelve extrañamente cambiada aunque muy tranquila, lo que desconcierta al esposo que finalmente volverá a la clínica a averiguar qué es lo que hicieron a su esposa. Pero como dicen en los programas de las películas, la respuesta que encontrará no será la que hubiera deseado.

    Bioy es siempre Bioy, y en este libro está en su salsa. No es de sus mejores novelas, pero es siempre una delicia leerle.

Songs from the distant earth, de Arthur C. Clarke.

    La humanidad ha abandonado la tierra hace siglos y se ha establecido en pequeñas colonias en algunos planetas paradisíacos. A uno de estos (una especie de Hawai), llega una nave que fue una de las primeras en partir, pero que podía desplazarse mucho más lentamente que las que salieron después (de ahí el retraso). El choque entre lo viejo y lo nuevo mantiene la tensión del relato.

    Entretenida, pero realmente, poco más que una novela de verano.

Cuentos de la Taberna del Ciervo Blanco, de Arthur C. Clarke.

    Ni sé cuántas veces he leído los cuentos de este libro, ni nunca olvido lo buenos que son. Los cuenta un parroquiano de bar, inventando lo que no está en los escritos para sorprender al resto de bebedores del local, y todo ello sin abandonar una estricta seriedad científica.

    Muy buenos, y ya no sé cuál prefiero, si el de arar el mar, el de la melodía perfecta, el de la maquina del amor, etc etc. Soberbio.

Burma Chronicles, de Guy Delisle.

    Una vez más Delisle sigue a su esposa en una misión de los MSF, y una vez más se encuentra haciendo de niñero y observando la vida de otro país más, en este caso la antigua Birmania. Delisle es maestro en usar la descripción de situaciones simples para provocar la hilaridad ante el absurdo que suelen encerrar, sobre todo bajo una dictadura tan opresiva como la birmana.

    Me lo volvería a leer.

Noticias del imperio, de Fernando del Paso.

    Fernando me regaló esta novela que me estuvo recomendando durante años. Describe el reinado de Maximiliano y Carlota en México, usando alternativamente la voz de una Carlota vieja y demente en su castillo, y otras voces de los diferentes protagonistas. El estilo oscila entre un lenguaje casi poético, preñado de imágenes muy visuales por parte de Carlota, hasta una mezcla de estilos y técnicos por el resto.

    Me pareció magnífica, aunque a veces se hacen pesados los largos parlamentos de la emperatriz; en cualquier caso, muy recomendable, y hace entender la importancia de Fernando del Paso en la literatura mexicana del final del siglo XX.