Dentro de las autobiografías de matemáticos, ésta es la obra maestra. Weil no es sólo un gran matemático, sino un gran escritor, con un estilo ligero y casi desenfadado que parece no tomar nada demasiado en serio, salvo por su devoción por su esposa. Por otra parte, es admirable como al inicio del siglo, un niño de una familia burguesa parisina podía acceder a toda la selección del conocimiento humano, sin que el sistema educativo fuera une estorbo.
La única parte que me pareció débil fue su argumentación para explicar su negativa a luchar en la segunda guerra mundial. Se me hizo poco creíble, y fabricada casi más como una excusa (muy bella) para intentar no ir a un lugar al que en realidad no queremos ir ninguno.
Cosas varias que encuentro por ahí...
sábado, 23 de octubre de 2010
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