No sabía que Julio Verne fuera un antisemita furibundo y un etnocentrista profrancés. En esta novela los españoles son vagos, sin dinero y ocupados sólamente en divertirse; son felices de estar en un asteroide a -60º celsius, donde, según palabras del autor, viven mejor que han vivido nunca y otras lindezas semejantes. Los ingleses son orgullosos y bobos, los rusos honrados y trabajadores, y los franceses son los líderes naturales y lo mejor que haya visto nunca el universo.
De camino a un duelo, Hector Servadac y su ayudante sufren una conmoción de la que se recuperan para encontrarse con que los días duran 12 horas, el sol sale por el oeste y se pone por el este, la gravedad es más baja, empieza a hacer un calor extremo para pasar después al mayor de los fríos, y faltan casi todas las referencias geográficas conocidas. ¿Qué es lo que ha sucedido? El libro es entretenido y la escritura es ligera y agradable. Eso sí, la edición que tengo, de Porrúa debe ser pirata ya que abundaba en faltas de ortografía y encima me regaló, una vez acabada la novela, con unos capítulos extras que correspondían a otro cuento de Verne sin ninguna relación con Hector Servadac. Porque me costó ocho euros, que si no...
Cosas varias que encuentro por ahí...
sábado, 18 de febrero de 2012
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