Creo que han pasado al menos 25 años desde la primera vez que leí este libro. Volví a releerlo este otoño, y una vez más me volví a quedar fascinado con la prosa de Cunqueiro, su aparente simplicidad, la visión poética de su pequeña aldea gallega, y un lenguaje añejo y hermoso, de los que ya no se encuentran.
Egisto aguarda la llegada de Orestes, que debe matarle a él y a Clitemnestra para completar la venganza que ha sido vaticinada. Diversos viajeros llegan y son confundidos; alguno se parece tanto a Orestes que podría ser él. A su alrededor se entralazan las pequeñas leyendas que Cunqueiro va contando como sin esfuerzo, y que dan una visión amorosa, poética, y melancólica de la vida y del paso del tiempo. Un libro hermosísismo, y probablemente mi favorito de Cunqueiro.
Cosas varias que encuentro por ahí...
lunes, 12 de diciembre de 2011
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