Una biografía de James Joyce en forma de comic. Muy fácil de leer, pero bastante informativa. Tengo que admitir, que salvo leer "Dublineses" y parte del "Retrato del artista..." no he prestado mucha atención a Joyce, aunque este comic me ha despertado la curiosidad.
El dibujo es claro y bueno. La tensión narrativa se mantiene constante a lo largo de todo el libro, y mi opinión es que si uno puede leerlo, debería hacerlo. No lleva más allá de un par de horas.
Cosas varias que encuentro por ahí...
sábado, 18 de febrero de 2012
La paja en el ojo de Dios, de Larry Niven y Jerry Pournelle
Hace muchísimos años leí esta novela, y aunque sabía que era muy floja, recordaba algunas cosas interesantes de ella. Con la caída de mi madre y la operación, sólo tenía ganas de leer algo lo más intrascendente posible, así que cogí los libros de casa y empecé a leerlo otra vez. Tengo que decir que esta edición es pésima; la traducción han debido hacerla tirando de diccionario y sin entender nada de lo que decía el original, porque lo cierto es que en la mitad de las páginas me encontré sin poder entender nada de lo que decían.
La humanidad se encuentra una raza alienígena mucho más evolucionada que ella, con mayor inteligencia y capacidad técnica, pero que no posee la tecnología necesaria para el salto interplanetario. Parecen encerrar un extraño secreto o amenaza., pero los humanos parecen burros con orejeras, porque es obvio que su problema es que se reproducen de forma exponencial y sufren de un problema permanente de superpoblación.
Es obvio que los autores adoran lo militar y odian esos científicos tan pacifistas que andan siempre en medio mareando la perdiz. Mejor invadir que tener que entrar en tratos con esos seres extraños de otras partes, eso es lo que opinan Niven y Pournelle.
En fin, que no se le ocurra a nadie comprarse esta edición, porque os vais a enterar de lo mismo que yo.
La humanidad se encuentra una raza alienígena mucho más evolucionada que ella, con mayor inteligencia y capacidad técnica, pero que no posee la tecnología necesaria para el salto interplanetario. Parecen encerrar un extraño secreto o amenaza., pero los humanos parecen burros con orejeras, porque es obvio que su problema es que se reproducen de forma exponencial y sufren de un problema permanente de superpoblación.
Es obvio que los autores adoran lo militar y odian esos científicos tan pacifistas que andan siempre en medio mareando la perdiz. Mejor invadir que tener que entrar en tratos con esos seres extraños de otras partes, eso es lo que opinan Niven y Pournelle.
En fin, que no se le ocurra a nadie comprarse esta edición, porque os vais a enterar de lo mismo que yo.
Los pasos de López, de Jorge Ibargüengoitia
Ésta era la última novela de Ibargüengoitia que me quedaba por leer. Narra los días de la independencia mexicana contra los españoles, pero lo más llamativo es que aunque varios personajes se confabulan para llevarla a cabo, ninguno parece desearla y son las circunstancias mas que otra cosa lo que acaba produciendo los sucesos históricos.
Como siempre, Ibargüengoitia usa un estilo distante con sus personajes, con un punto de vista irónico que los hacen sin embargo muy humanos, y sin ninguna sensación de importancia.
Una gran novela, como todas las suyas.
Como siempre, Ibargüengoitia usa un estilo distante con sus personajes, con un punto de vista irónico que los hacen sin embargo muy humanos, y sin ninguna sensación de importancia.
Una gran novela, como todas las suyas.
Hector Servadac, de Julio Verne
No sabía que Julio Verne fuera un antisemita furibundo y un etnocentrista profrancés. En esta novela los españoles son vagos, sin dinero y ocupados sólamente en divertirse; son felices de estar en un asteroide a -60º celsius, donde, según palabras del autor, viven mejor que han vivido nunca y otras lindezas semejantes. Los ingleses son orgullosos y bobos, los rusos honrados y trabajadores, y los franceses son los líderes naturales y lo mejor que haya visto nunca el universo.
De camino a un duelo, Hector Servadac y su ayudante sufren una conmoción de la que se recuperan para encontrarse con que los días duran 12 horas, el sol sale por el oeste y se pone por el este, la gravedad es más baja, empieza a hacer un calor extremo para pasar después al mayor de los fríos, y faltan casi todas las referencias geográficas conocidas. ¿Qué es lo que ha sucedido? El libro es entretenido y la escritura es ligera y agradable. Eso sí, la edición que tengo, de Porrúa debe ser pirata ya que abundaba en faltas de ortografía y encima me regaló, una vez acabada la novela, con unos capítulos extras que correspondían a otro cuento de Verne sin ninguna relación con Hector Servadac. Porque me costó ocho euros, que si no...
De camino a un duelo, Hector Servadac y su ayudante sufren una conmoción de la que se recuperan para encontrarse con que los días duran 12 horas, el sol sale por el oeste y se pone por el este, la gravedad es más baja, empieza a hacer un calor extremo para pasar después al mayor de los fríos, y faltan casi todas las referencias geográficas conocidas. ¿Qué es lo que ha sucedido? El libro es entretenido y la escritura es ligera y agradable. Eso sí, la edición que tengo, de Porrúa debe ser pirata ya que abundaba en faltas de ortografía y encima me regaló, una vez acabada la novela, con unos capítulos extras que correspondían a otro cuento de Verne sin ninguna relación con Hector Servadac. Porque me costó ocho euros, que si no...
jueves, 5 de enero de 2012
"Las enseñanzas de Mr. Natural. Iluminaciones" de Robert Crumb
Muy gracioso. Historietas locas con el personaje de Mr. Natural, una especie de gurú en la américa hippy, y con personajes entre angustiados y burgueses (ellos), y completamente enloquecidos (ellas). Fabuloso el personaje de Diablesa.
lunes, 2 de enero de 2012
Don Juan, de Gonzalo Torrente Ballester
Entre la primera y la segunda vez que leí esta novela debieron pasar veinte o veinticinco años. Siempre me había dejado buen recuerdo, e incluso la escena de la tremenda desilusión de Don Juan al descubrir la soledad tras las promesas de unidad y fusión que el amor ofrecía se había grabado en mi mente.
Compré el libro para regalárselo a un amigo, pero me asaltó la duda de si el libro era realmente tan bueno como lo recordaba. Por eso lo releí, y descubrí que el libro era bastante malo, con preocupaciones argumentales inexplicables ahora, con cuarenta años de libertad sexual, y en donde afortunadamente, no se sacraliza el irse a la cama ni se le disfraza de grandes razones.
Aunque Torrente reinterpreta el mito de Don Juan, no terminé de entrar en el libro. Leí un poco por leer y por el prurito de volver a terminarlo. Eso sí, la escena de la soledad de Don Juan me volvió a parecer magnífica.
En París, un escritor encuentra a un personaje que asegura ser el escudero de Don Juan. A través del interés que el escritor tiene por una mujer que ha sido objeto de las atenciones de Don Juan, el escudero (Leporello) consigue que el escritor sea espejo del efecto religioso que Don Juan ofrece en las mujeres.
Compré el libro para regalárselo a un amigo, pero me asaltó la duda de si el libro era realmente tan bueno como lo recordaba. Por eso lo releí, y descubrí que el libro era bastante malo, con preocupaciones argumentales inexplicables ahora, con cuarenta años de libertad sexual, y en donde afortunadamente, no se sacraliza el irse a la cama ni se le disfraza de grandes razones.
Aunque Torrente reinterpreta el mito de Don Juan, no terminé de entrar en el libro. Leí un poco por leer y por el prurito de volver a terminarlo. Eso sí, la escena de la soledad de Don Juan me volvió a parecer magnífica.
En París, un escritor encuentra a un personaje que asegura ser el escudero de Don Juan. A través del interés que el escritor tiene por una mujer que ha sido objeto de las atenciones de Don Juan, el escudero (Leporello) consigue que el escritor sea espejo del efecto religioso que Don Juan ofrece en las mujeres.
Viñetas para una crisis, de El Roto.
«Todo libro es en cierto modo un exorcismo, una manera de soltar lastre, un intento de dejar atrás una pegajosa fantasía o una insistente pesadilla.
De todos modos, sería ingenuo por nuestra parte pensar que somos capaces de tomar la distancia suficiente de nosotros mismos como para poder conocer la fuente última de la que emergen esos fantasmas que tanto nos atraen o que quizás nos aterran, pero siempre resulta factible aproximarnos a ellos con papel y tinta, de modo que podamos observarlos con más detenimiento, analizar su supuesta sustancia y encontrar los ángulos ciegos y accesos secretos desde los que contemplar aquello que se encuentra más allá de sus apariencias.
Y aunque la intensa luz radiactiva de los paneles de la Bolsa, el brillo irritante de las pantallas del ordenador o el parpadeo luminoso de los móviles de última generación nos hayan cegado parcialmente, puede que aún nos quede en las retinas sensibilidad suficiente como para poder observar unas imágenes que, reforzadas por la tinta negra del rotulador, provoquen en nuestras mentes las respuestas necesarias para liberarnos de ellas y exponer a través de la palabra y la acción lo que pensamos y sentimos.
Es evidente que todos hemos participado de alguna manera en la creación del monstruo económico que nos devora, pues ningún ídolo es capaz de subsistir sin la ayuda de cuantos lo adoran, y así, habiéndolo utilizado para poner remedio a nuestras deficiencias y que nos proporcionase valores que no tenemos, le dimos una vida y una realidad de la que carecía.
Pero nada nos impide tampoco restaurar la cordura que perdimos y, haciéndonos a un lado, dejar que el caos se despeñe en los abismos de los que procede y a los que con tanto empeño pretendía llevarnos.
La sátira es aquel niño que señaló un día que el rey iba desnudo y que, cuando se hizo mayor, comprendió que ni siquiera había rey.»
Libro soberbio e imprescindible para quitarse la venda de delante de los ojos.
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